viernes, 15 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI



EL PAPA RENUNCIA  SER PAPA

        Benedicto XVI renuncia ser papa porque no tiene fuerzas para seguir continuando.
        Benedicto XVI sorprendió al mundo haciendo pública su renuncia el próximo 28 de febrero. Pero, casi enseguida, el comentario general en el Vaticano era que Joseph Ratzinger, una de las personas más serias y responsables en la Curia a lo largo de treinta años, es el mejor candidato para establecer el «modelo de Papa emérito», una figura que no ha existido en los últimos siete siglos.
Durante su largo mandato al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger se mantuvo absolutamente al margen de intrigas y de nepotismos. Fue siempre alérgico a crear las clásicas «cordadas» que algunos eclesiásticos establecen colocando sus «peones» en otros departamentos.
Ratzinger trabajaba sin descanso en los asuntos doctrinales, despachaba formalmente con Juan Pablo II un día a la semana y almorzaba también una vez por semana con el Papa polaco para hablar de proyectos y de temas generales conversando en alemán.
Era, junto con el secretario personal Stanislaw Dziwisz, la persona más cercana a Juan Pablo II, pero nunca intrigó sino que le sirvió ejemplarmente hasta el final. Y después, para su sorpresa, tuvo que hacerse cargo de su legado.
Como persona de carácter reservado, siempre ha soñado con salir de la zona de los reflectores para dedicarse a la oración, al estudio y a escribir. Un alto funcionario de la Curia vaticana señalaba ayer que «eso es lo que le gustaba y lo que va a poder hacer ahora. En cambio, no le gustan las intrigas, ni meterse donde no le llaman».



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